Este blog es parte complementaria al Proyecto Fin de Master de Consultoría y Gestión de Procesos de Desarrollo Organizativo del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid (E.U.de Empresariales) y parte de la creencia que el Desarrollo Organizacional aporta modelos útiles para que los propietarios, en el marco de una comunidad de bienes compartidos y privativos, desarrollen un proyecto común colaborativo bajo la presión de un entorno cambiante.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Conflicto-cooperación



“La seguridad y la libertad son dos valores igualmente preciosos y codiciados que pueden equilibrarse hasta cierto punto, pero que difícilmente se reconciliarán jamás de forma plena” (Bauman, 2006)

Cuando se pasa tiempo en el mismo espacio comunitario, compartiendo bienes y servicios, los efectos del conflicto y la cooperación son muy comunes. La tendencia es que estos tipos de interacciones tiendan a volverse cada vez más complejas, porque además cada conflicto o solución crea efectos colaterales, que crean nuevos conflictos que requerirán nuevas soluciones de cooperación entrando en una espiral de destrucción y de complejidad cada vez más difícil de gestionar. Desde el punto de vista sistémico, este tipo de sistemas se vuelven cada vez más complejos conforme crecen y conforme sus elementos (los vecinos y los grupos de interés implicados) se interrelacionan cada vez más y se comunican cada vez menos y de forma menos óptima. Los seres humanos, al estar en permanente contacto y tener que tomar decisiones conjuntas se enfrentan a grandes paradojas o dilemas[1], cada vez más complejos, porque deben tener en cuenta la decisión que “tomará el otro” y no sólo la atención de sus propios intereses o decisiones[2]. Ante esta tesitura los vecinos de una finca deben tomar la decisión de competir, “sálvese quien pueda” o cooperar…o de soluciones intermedias a medida que el número de participantes crece en número, aumentando la complejidad de una solución que satisfaga a todos.


[1] La gestión de la paradoja es el dilema.
  
[2] Richard Beckhard. Modelo de gestión del cambio.
Todas las organizaciones se enfrentan a tres grandes dilemas:
·         Responder a las necesidades organizacionales e individuales.
·         Obtener un máximo de eficiencia organizacional respondiendo a las exigencias del entorno.
·         Gestionar los cambios necesarios manteniendo una estabilidad constante en el seno de la organización.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Individualismo-Cooperación



                             

Cuando muchas personas permanecen juntas, en contacto constante y además deben organizarse para compartir una serie de bienes y servicios sobre los que tienen unos derechos y unos deberes, se crean efectos muy curiosos anclados a la condición humana. Los más importantes principalmente son la aparición de conflictos, la dejación de responsabilidades y el individualismo. El simple hecho de “verse la cara” a diario y de compartir recursos y espacios comunes hace que inevitablemente surja la competencia por dichos recursos, sobre todo si los canales de comunicación son disfuncionales existen más probabilidades de que surja el individualismo. Curiosamente los mismos factores que invitan a la aparición de conflictos también son los que propician una de las maravillas de la naturaleza humana, la cooperación. Los seres humanos buscamos la cooperación cuando deseamos resolver dificultades individuales, conflictos grupales y nos orientamos hacia la seguridad.

Un saludo

martes, 20 de agosto de 2013

Cultura Comunitaria



Adaptación del trabajo de Edgar Schein sobre la cultura organizacional (Schein E. , 1985):
La cultura imperante en cada comunidad de propietarios es un fenómeno profundo, complejo y de difícil comprensión.
Cada comunidad de propietarios debe ser entendida como una microsociedad con una dimensión cultural propia y que opera de una forma real y visible.
El análisis de la cultura[1] de cada finca en particular es importante porque permite:

o  Comprender como un determinado grupo de vecinos gestiona, actúa o se relaciona.
     Acciones absolutamente absurdas no serían entendidas sin el hilo argumental de la cultura y lo que sucedió en la línea de vida comunitaria. La cultura se debe considerar como un producto (porque incorpora la sabiduría de los primeros integrantes o fundadores del bloque) y como un proceso (porque está en constante renovación y recreación con la llegada de nuevos propietarios y vecinos, que añaden nuevas  formas y se convierten en maestros de las aprendidas). Este factor se debe tener muy en cuenta a la hora de incorporarse “de nuevas” en una comunidad. La comunidad da respuestas a los problemas de una forma inconsciente ya que es su modo de percibir y sentir la realidad.
o   Comprender y predecir las consecuencias de la implantación de estrategias, políticas y cambios en la gestión de dicha comunidad diferentes a las actuales que pueden chocar con la cultura y “lo establecido”, pues esto sería rechazado de plano.
o   Cuáles son las áreas de cambio, que pasará si se produce el cambio y cómo se puede reforzar la nueva identidad de la comunidad y hacerla más adaptativa para aceptar cambios en su cultura y forma de hacer las cosas.
o  La cultura comunitaria[2] posibilita a sus miembros dar un sentido a las situaciones características, tiene una perspectiva histórica y crea su identidad propia. Esta enseña a sus miembros a percibir, pensar y sentir los problemas.

Un saludo



[1] Esencia de la cultura: Modelo de presunciones básicas (inventadas, descubiertas o desarrolladas por un grupo al ir aprendiendo a enfrentarse con sus problemas de adaptación externa e integración interna que hayan ejercido suficiente influencia como para ser consideradas válidas y en consecuencia, ser enseñadas a los nuevos miembros como el modo correcto de percibir, pensar y sentir los problemas y la realidad.
[2] Los libros de actas son los únicos documentos que recogen “las historias de las comunidades” de vecinos y que, por prescripción legal, deben estar custodiados cinco años. En las comunidades se carece de una gestión documental, en lo referente a su cultura y el cómo se suelen hacer las cosas

viernes, 16 de agosto de 2013

Calidad y Comunidades de vecinos



Reparación alternativa

por R.
La calidad implica mejorar permanentemente la eficacia y la eficiencia de las comunidades y de sus actividades y estar siempre atentos a las necesidades de los vecinos y a sus quejas o muestras de insatisfacción. Si se planifican, en la medida de lo posible, depuran y controlan los procesos implicados en la gestión de las comunidades, aumentará la capacidad, rendimiento y bienestar de todos. Pero, además sería necesario indagar y valorar con cierta regularidad “la calidad” que percibe cada vecino y las posibilidades de mejorar de dicha percepción.
La calidad que perciben los vecinos está condicionada por la forma en que la comunidad realiza las actividades que repercuten en lo esperado por él (las compras, contrataciones, el mantenimiento, el control del servicio, la gestión documental, la detección y corrección de fallos e incidencias a tiempo,…).
Los vecinos, no forman un conjunto homogéneo y, es preciso considerar a cada vecino o grupo de vecinos con similares comportamientos, con diferentes atribuciones de lo que esperan.
 
“Se debe tratar a todos los vecinos por igual, es decir a todos diferente.”

A este escenario interno se suma un entorno donde los cambios se producen con gran rapidez y las presiones externas (especialmente las de adaptación a legislación) son cada vez mayores, a esto se le suman la escasez de recursos económicos en un contexto de crisis.
Por esa razón, los sistemas de gestión de calidad deben evolucionar de manera que deban tener más relieve los factores que permitan un mejor conocimiento y una ágil adaptación al exigente entorno. Entre estos factores destacamos la gestión del conocimiento y el apoyo en el Gobierno de la Comunidad de profesionales modernos y con una visión más amplia que la exclusiva gestión administrativa[1].
Cada comunidad tiene que identificar los requerimientos externos a los que está sometida y cuáles son las expectativas de sus vecinos y tener en consideración el orden de importancia que este les atribuye, la comunidad debe asegurar que tiene los recursos económicos y humanos  suficientes para que esas expectativas se manejen en niveles óptimos.

Un saludo.


[1] El contar con contratos en los que se especifique los servicios a prestar, especialmente los de estas características poco convencionales en el sector,  es una buena práctica como resultado del ajuste de la demanda entre los copropietarios y la administración de fincas.